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Mostrando entradas de mayo, 2009

Concentración de Contrastes

En Guatemala hay campos de concentración. Daniel Álvarez y Ana Martínez viven en uno. Si alguien desea visitarlos, no necesita más que una dirección y el impulso de ir. Del sitio nadie guarda la entrada ni la anuncia. Súbitamente, el visitante se encontrará inmerso en esos terrenos donde muchos otros, quizá todos lo suficientemente desensibilizados, son capaces de transitar para contemplar impasibles –si la curiosidad les hace levantar los ojos más allá de la ventana– esos seres, ahora espectrales, que en otro tiempo fueran gallardos y espléndidos, incluso envidiados a nivel mundial por su finísimo porte, y que ahora no son más que vestigios mutilados, tatuados con frases de odio de terceros a terceros. Quienes conforman este escenario semejan fantasmas, junto a los cuales otros huéspedes se acostumbran a vivir. Daniel y Ana viven el Centro Histórico de Guatemala, un conjunto arquitectónico invaluable que ha sido concentrado en el olvido y, consecuentemente, el abandono. En otra época,

Había una vez un escritor guatemalteco...

Había una vez un escritor guatemalteco… …y que quería publicar, porque le parecía que sólo así sería realmente un escritor. Como muchos otros escritores alrededor del mundo, estaba convencido de que publicar era un paso más en el proceso de escribir un libro. Un paso necesario y totalmente indispensable que asume el papel de corona y cetro en una obra de gran porvenir. Sin publicar, el proceso estaba incompleto y fallido. Y bueno, si consideramos que vivimos ahora, según palabras de Philippe Hunziker, director comercial de la popular librería Sophos, en una época donde la literatura ha entrado en boga; “una nueva moda mundial; una moda afortunada”, no hay nada de reprochable en la obsesión del escritor por publicar. Día a día, oímos acerca de personas que se han lanzado a escribir y que, por este medio, han sido catapultados al éxito. ¡Best-sellers! ¡Traducidos a 30 idiomas! ¡Giras por todo el mundo! ¡Regalías millonarias! ¡Dueños de fundaciones! ¡Contratos con Hollywood! Sea o no sea