Me topé con este cortometraje experimental investigando sobre cine guatemalteco. Ganó un Ícaro en el 2009 y me llamó la atención por el título que sugiere algo futurista. Aunque mi perspectiva sobre el asunto es diferente a como la plantea Álvaro Gámez, director, de todas formas creo que el corto visualmente interesante y simpático. La edición y la música hacen buen dúo así que el resultado final es bastante entretenido.