Si tenemos, en medio del ajetreo diario de nuestra rutina, un pequeño instante para reflexionar sobre la deslumbrante evolución que ha tenido Guatemala desde los nefastos tiempos del año 2007, no queda sino respirar aliviados. Lejanos, extraños nos parecen ahora esas terribles épocas en que una serie de 5 a 8 muertos por homicidio aparecían en las páginas de los diarios todos los días. O esos tiempos en que las maras aterrorizaban y oprimían casi todos los sectores de nuestra sociedad, en especial los más marginados. Menos mal ya no tememos que los nuevos vecinos ricos o el compañero de trabajo que ha adquirido una fastuosa Hummer estén involucrados en narcotráfico, porque ése es asunto pasado. Y, por supuesto, qué orgullo que la Organización Mundial de la Salud haya retirado a Guatemala de la lista de países con mayores índices de desnutrición. En fin, este cambio radical ha venido a confirmar, efectivamente, que Cien Días serían suficientes para que percibiésemos notables mejoras en