Grosz es grotesco y con eso se puede decir bastante. Sin embargo, es absolutamente fascinante. El uso de colores es cautivador, y sus arriesgadas mezclas de rojo y negro contribuyen generalmente a enfatizar la atmósfera perturbadora. Sumado a ello, la complejidad de su composición (la distribución de los elementos) acaba afinando ese ambiente asfixiante y enloquecido de las sociedades nihilistas y desvalorizadas que solía pintar.
Pintor y grabador germano-estadounidense (1893 – 1959)
Se inició en el marco de la pintura clásica pero luego de la guerra prusiana (1915-1917) se adhirió movimiento dadaísta para expresar el desplome moral que se vivía; después se inclinó al neorrealismo, y ejecutó una serie de magistrales dibujos a pluma, de crítica social amarga y mordaz. En 1932, con el ascenso de Adolf Hitler al poder, se estableció en los Estados Unidos. Su obra, contenida toda dentro del movimiento expresionista, está caracterizada por una mezcla de estilos futurista y cubista junto a iconografía popular.
"El Hombre Enfermo de Amor"
"Metrópolis"
Comentarios